miércoles, 29 de enero de 2014

eruTon

Anagrama

Ella tenía bastante frío. No sabía bien a dónde estaba, pero del frío no dudaba. No podía asegurar estar moviéndose, al menos no lo hacía rápido. Aunque cuando el estado de movimiento de uno no varía, no hay nada que sentir. Porque no sentimos la velocidad, sentimos la aceleración. Tampoco podía ver muy lejos. Más bien no podía ver nada. Todo era oscuro a su alrededor aunque no era necesariamente de noche. Muy probablemente estuviera en una especie de conglomerado denso de distintas cosas, o quizás cosas iguales a ella.
Pero lo interesante sucede justo ahora. Por un tiempo muy pero muy breve pudo ver tanta luz que se encandiló. Y al mismo tiempo sufrió una violenta sacudida. Aunque lo más incómodo fue la temperatura. Sintió como su cuerpo se calentaba por encima de los veinte mil grados. De golpe se dio cuenta de que ya no tenía límites definidos.
La sacudida se calmó un poco y empezó a propagarse lejos. Ella no lo sabía, pero viajaría a través del aire para llegar a sonar en los oídos de distintos animales. Se trataba de un sonido que hablaba. Miren que se puede largar a llover en cualquier momento, decía. Pero ella no escuchó nada. Estaba atenta a los cambios de su cuerpo, que era vaporizado víctima de una cruel pubertad termodinámica.

Cuando una nube origina un rayo, este calienta tan rápido y con tanta intensidad lo que hay a su alrededor que se produce una explosión. El trueno comienza siendo una onda expansiva que viaja más rápido que el sonido, pero a los diez metros ya es sólo un estruendo.

lunes, 27 de enero de 2014

Hágase la luz


Hecho

¿Ya están listos? Vamos rápido hasta 1880 que no nos queda mucho tiempo. ¿Sabés qué? Mejor cambiate de ropa que dos siglos para atrás vas a llamar muchísimo la atención. Vamos a leer un pequeño boletín, que sin duda va a cambiar la historia. Ya sé, es difícil sorprenderte a vos que vivís en la época de las pantallas táctiles y los aceleradores de partículas, pero mi intención no es sorprenderte. No soy un mago. Quiero que seas testigo de un evento, y no es uno cualquiera.
Hace un frío bárbaro en la parte de arriba del continente americano. Con mi campera de polar estaría lo más bien, pero no es tela para 1800. Vengan, vamos por acá. ¿Qué buscamos? El boletín de la oficina de patentes. Paciencia, ya vas a ver. Sí, es 27 de enero. ¿Se venderá en los kioscos de diarios?
¿Alguien trajo dólares de esta época? Sí, no había pensado en eso. Vamos a tener que pedir el boletín prestado y si no nos prestan uno, lo robamos, total después nos volvemos al siglo veintiuno. ¿Lo conseguiste? Mirá lo útil que resultaste, viste que además de leer hacés otras cosas.
Un segundo que busco lo importante… ¡Acá está! La publicación de la patente que solicitó Thomas Edison para registrar su lámpara incandescente. Claro, empieza la era de la luz eléctrica. Bueno, no hay mucho más para hacer, aunque podríamos pensar qué destino darle a los millones de velas que acaban de quedar obsoletas.

miércoles, 15 de enero de 2014

Ahora sí ganó

Noticia Cierta

El autor de Percepciones de la ignorancia se encuentra disfrutando el caluroso verano porteño. Y no se debe a que tenga un buen aire acondicionado, de hecho no tiene ninguno. Se acaba de enterar, hace pocas horas, que el jurado del Concurso Blog Literario 2013 organizado por la Asociación de Escritores en Lengua Castellana ha decidido elegir como ganador del concurso a este psicodélico blog.
Este premio sin duda servirá para que el poco conocido escritor, que también es músico e intento de programador, se reponga del duro golpe anímico que significó en el pasado no haber podido ganar otro premio al cual el blog estuvo nominado.
Consultado por teléfono por él mismo, Rodrigo compartió su alegría y se comprometió a continuar publicando en este espacio aquellas combinaciones de letras y palabras que, por tener una buena dosis de absurdo, se merezcan estar aquí. La verdad estoy muy sorprendido, se confesó, no esperaba este premio.
Cuando se le consultó por la escasa producción publicada durante 2013 se puso algo incómodo pero no dejó de responder. Es cierto, explicó, años anteriores había publicado una mayor cantidad de textos. Hoy con el trabajo y el estudio no tengo tanto tiempo ni tantas ideas. Igualmente creo que he logrado mantenerlo vivo.